"El Ajedrez es algo más que un juego; es una diversión intelectual que tiene algo de Arte y mucho de Ciencia. Es además, un medio de acercamiento social e intelectual" (José Raúl Capablanca, Campeón Mundial de Ajedrez de 1921 a 1927)
Bueno, después de un prolongado periodo de tregua ajedrecística, hay que retomar una vez más el sendero del guerrero con más ahínco y tesón que nunca, con auténtica VOLUNTAD DE PODER, como solía decir ese viejo y querido filósofo germánico Nietzche, un espíritu libre como pocos, aficionado al juego milenario él también (obvio). Pero primero que nada, se hace un deber ineludible recordar y agradecer a aquellos iniciados amunateguinos que el año pasado, cual valientes pioneros, supieron reconstruir una práctica superior casi olvidada en nuestro Liceo y que nos llenó de orgullo muchas décadas atrás. También se aprovecha la oportunidad de extender un saludo especialmente a los nuevos adalides que se van sumando este año al contingente de próximos campeones.
El ajedrez jamás atrae a los vacíos de espíritu, a los mediocres ni a los cabecitas de músculo, ni a los peinetas ni a los
shikos shiwuá,
la pulenta hermanu. TOOOODO LO CONTRARIO,
mi guacho, es cuestión de investigar un poquito en la vida personal de algunos destacados Grandes Maestros y Campeones Mundiales para convencerse sin asomo de dudas que no fueron ni flaites ni hoyúos, a diferencia de lo que pasa lamentablemente en otras actividades deportivas que tienden a atraer a especimenes de ciencia ficción guarra (“
por lah monea y lah minah, seguro”). No, el jugador de ajedrez es y debe ser un conquistador de la belleza lógica, un samurai de la mente creadora, un héroe de la paciencia y la concentración, un quijote en la guerra cerebral declarada en contra del AZAR, etc. En el mundo de los 64 escaques no existen las barras bravas ni “
loh pikao a choro”, solamente el SILENCIO. El
JAQUE MATE (“el gol de oro” de los Elegidos) apaga cualquier intento espurio de imponer falsas victorias mediante las siniestras maniobras del Señor del Maletín o los dudosos encantos de la Señorita Modelo.
LOS DE VERDAD no salen en la tele ni en la tapa de diarios rascas como algunos “ídolos juveniles”, porque no son engendros mediáticos de ningún reality ni forman parte de la Generación Spam, pues no son desechables ni reciclables como la moda, sino que son serios aspirantes a acceder a nuevas formas de Conocimiento y Cultura.
El Ajedrez no es para la masa amorfa y gelatinosa…es pasatiempo de dioses.